jueves, 26 de febrero de 2009

Lois


Ayer cené con Klara y vi que llevaba unos vaqueros geniales, me fijé en la marca y resulta que eran Lois. Recordé que era la primera marca que yo usé conscientemente, la marca de vaqueros de cuando yo era peque.

Hace unos meses Lois quebró dejando sin trabajo a 400 empleados. La crisis y eso…
A mí me dio pena.

También hemos visto como han dejado de fabricarse las maravillosas Polaroid y como han muerto en el olvido las cintas de cassette…

Soy joven pero ya he visto desaparecer muchas cosas, quizá lo más drástico fueron las torres gemelas, pero es obvio que a la lista se sumarán cada vez más iconos de mi descarrriada juventús...

Y vosotros, qué habéis visto desaparecer?

domingo, 22 de febrero de 2009

Jaque







Estudio ajedrez. Suena freak… y lo es.


Se trata de un curso avanzado en el que se aprenden técnicas de grandes maestros y se practica sobre partidas que se jugaron hace cuatro siglos.


Estudiamos tácticas y estrategias, aberturas, finales etc.

Mis compañeros son un poco peculiares… cualquiera (como yo misma hice al principio) los tacharía de bicho raro, de cerebrito solitario, de ser extraño que encuentra en el ajedrez un modo de sentirse menos incómodo y aceptado en un grupo.
Hace medio año hubiera sido capaz de hacer un listado de mi curso enumerando las rarezas de uno a uno todos mis compañeros desde el sarcasmo, para provocar vuestras risas como siempre intento.
A estas alturas ya, estoy aprendiendo más de respeto que de estrategias. Eso está bien supongo.
Tenemos un compañero nuevo, es esquizofrénico y se presentó tal cual el primer día.
Resulta que el tipo, además de inquietarme por lo impredecible y rarísimo que llega a ser, domina el juego como un cabroncete.
Una lección más de tantas…

Todo esto viene a que me dieron en clase unos consejos de ajedrez que son perfectamente aplicables a TODO EN LA VIDA y he querido compartirlos con vosotros. Si no veis la relación, os lo traduzco, que así me gano yo los garbanzos…



1. Nunca cuentes el material fuera del tablero, sino sólo las piezas que quedan dentro de él.
2. Cuando tengas un peón aislado, trata de jugar agresivamente en el medio juego, ya que en caso de llegar al final, estarás en desventaja.
3. Nunca juegues para hacer tablas o para ganar, simplemente limítate ha hacer cada vez la mejor jugada que requiera la posición.
4. Es más importante no cometer errores que hacer maravillosas jugadas. Recuerda que no se ganan partidas por hacer buenas jugadas, en cambio sí se pierden por hacerlas malas.
5. Sólo empiezas a saber jugar un poco al ajedrez cuando sabes lo que te falta por aprender.
6. Todas las piezas de tu adversario son importantes; para evitar sorpresas, no te concentres en una única parte del tablero.
7. Antes de empezar la partida, asegúrate de que las condiciones del material de juego y mobiliario son los adecuados. Infórmate también dónde se encuentran los lavabos.
8. Si te interesa el resultado de tablas, juega con sencillez, pero nunca con pasividad; son dos conceptos muy distintos.
9. El secreto para ser un buen jugador táctico, además de las condiciones innatas de cada persona, es practicar mucho, solucionar cada día problemas y mirar partidas brillantes de los Grandes Maestros de la historia del ajedrez.
10. Contraatacar en el centro suele ser una buena estrategia ante un ataque de flanco.
11. Si tienes ventaja de material, trata de cambiar piezas, no peones.
12. Cuando tengas desventaja de material, trata de cambiar peones.
13. Cuando juegues contra jugadores más "fuertes" que tú, intenta complicar la posición, no de simplificarla, ellos también pueden equivocarse.
14. Para aprender a jugar bien, acepta los desafíos que te plantee la partida. En vez de pedir o aceptar unas tablas rápidas, juega la posición a ver lo que pasa. Si ves un sacrificio interesante, juégalo; no te quedes con ganas por miedo.
15. No tengas en cuenta el ELO de tus contrincantes a la hora de enfrentarte a ellos. Tú debes jugar lo mejor que sepas. Ten en cuenta que ningún ajedrecista por fuerte (incluido los campeones mundiales) que sea lo puede calcular todo y por tanto, también se equivocan.
16. No abras o permitas que tu contrincante abra las columnas centrales si tu rey está sin enrocar.
17. Si no sabes qué plan seguir, intenta simplemente mejorar la posición de tus piezas.
18. No te aferres a una ganancia de material hasta el final de la partida; muchas veces la ventaja material hay que ganarla devolviendo la ventaja de material a cambio de otro tipo de ventaja.
19. Intenta jugar con jugadores más fuertes que tú para aprender más y mejor, pero intenta que esa superioridad no sea muy grande pues puede ser una perdida de tiempo para ti y tu adversario.
20. Ten siempre un comportamiento correcto en una sala de ajedrez durante las partidas.
21. Para mejorar tu ajedrez el principal consejo es que practiques, que intentes jugar contra todo tipo de adversarios. La mejor manera de lograrlo es hacerte socio de un club de ajedrez y participar en los torneos organizados por la federación del lugar donde vivas.
22. El estudio de las partidas de los jugadores clásicos es una de las mejores maneras de aprender los principios fundamentales del juego.
23. Contrariamente a lo que muchos piensan, el aprendizaje de los finales de partida es un paso primordial para tener un dominio del juego del ajedrez. Estudiar finales es más efectivo que memorizar variantes de apertura.
24. No se trata de hacer siempre la mejor jugada, sino cualquiera que nos proporcione ventajas siguiendo un plan lógico.
25. El valor de las piezas siempre es relativo y depende de la posición en el tablero en cada momento.
26. Cuando realices un cambio de piezas, observa si se ha creado alguna debilidad en tu estructura de peones o en la de tu contrincante.
27. Busca un Gran Maestro con el que te identifiques en su forma de jugar y utilízalo como modelo a seguir.
28. No olvides que el ajedrez es un juego y sirve para disfrutar; si te acarrea problemas, deja de practicarlo o cambia de mentalidad.
29. Cuantos más conocimientos tengas sobre el juego del ajedrez, más te gustará.
30. Da prioridad absoluta a las partidas jugadas con aperturas que tú practiques; se debe ser selectivo, ya que actualmente hay un exceso de información.
31. Analiza las partidas de los GM sin mirar sus comentarios. Una vez realizados tus análisis, comprueba en lo que difieren de los comentarios realizados por los jugadores de la partida.
32. Todas las aperturas pueden ser buenas siempre que entiendas su significado con profundidad y las juegues correctamente.
33. Las condiciones para iniciar un ataque han de ser alguna o varias de las siguientes:
· Que el jugador que defiende no domine el centro.
· Que la dama defensora esté desplazada del escenario de la lucha y no pueda defender el rey.
· Que haya superioridad de las piezas atacantes.
· Que existan debilidades en el enroque del contrincante.
· Que domines las columnas abiertas con tus torres.
34. Cuando la situación es ventajosa no debemos precipitarnos por ganar rápido la partida.
35. Cuando nuestro contrincante tiene ataque, se debe intentar cambiar las piezas, en particular, las damas.
36. Si se tiene clara ventaja material, no debemos arriesgarnos en complicar el juego, al contrario, debemos simplificarlo.
37. No se debe atacar si nuestro contrincante no tiene algún punto débil. Entonces lo que se tiene que hacer es intentar crear debilidades para luego atacarlas.
38. Siempre existe alguna casilla de nuestro adversario que es más débil que las demás. Sobre ese objetivo debemos dirigir nuestro "ejercito".
39. En ajedrez debemos intentar tener un objetivo lo más claro posible; si estamos cambiando continuamente de plan, no obtendremos buenos resultados.
40. Si conduces las piezas blancas, debes intentar ganar; no debes jugar a tablas, ya que la victoria es más difícil de obtener con las piezas negras.
41. No es conveniente que una pieza defienda más de un punto, ya que se puede producir una sobrecarga que dé origen a temas tácticos.
42. Los puntos más importantes de una columna dominada son la séptima y octava fila.
43. Ante una columna abierta debemos proceder a ocuparla con nuestras torres y si es posible a doblarlas en esa columna.
44. Si colocamos nuestras dos torres y la dama en una columna abierta debemos intentar que las torres estén situadas delante de la dama, a no ser que la dama pueda obtener algún beneficio colocándola delante.
45. Nunca debe cambiarse una pieza activa por una pasiva.
46. Para poder ganar una pieza atacada por lo menos debe haber un atacante más. Si el número de atacantes es igual al de defensores, el que toma primero pierde material.
47. Cuando el rey contrario pierde el enroque, hay que intentar atraerlo hacia el centro aunque sea a base de sacrificios.
48. El enroque largo suele presentar más debilidades que el corto.
49. Ante un final de damas y torres es conveniente dejar una salida a nuestro rey para no recibir mate (del pasillo) en la primera u octava fila.
50. Cuando tengamos ventaja y nos lancemos al ataque debemos acordarnos de mantener a nuestro rey seguro.
51. A veces la desventaja material está compensada por la ventaja en la iniciativa, el ataque o el tiempo.
52. Una amenaza de "mate", a veces se para con otro mate más rápido que el de nuestro adversario. Que tu ataque no te haga olvidarte del de tu adversario.
53. Hay que desconfiar siempre de los "regalos" de nuestro adversario.
54. Las piezas más potentes en el centro del tablero son los caballos y la dama.
55. Si te plantean una apertura que no conoces, debes seguir los principios generales sobre el desarrollo de las piezas y el dominio del centro.
56. Es peor una pieza desarrollada en una mala casilla que una pieza sin desarrollar.
57. Cuando se inicia un ataque en el flanco, se debe tener el centro bien protegido o cerrado para que nuestro adversario no consiga un contraataque en esa parte del tablero.
58. En el juego posicional no debe perderse tiempo en calcular largas variantes sino de buscar las mejores casillas para las piezas y conseguir una estructura óptima de los peones.
59. Cuanto menor es el valor de la pieza que bloquea un peón pasado más efectivo resulta.
60. Las líneas de juego deben revisarse mentalmente tanto como sea preciso hasta estar seguro de que o existe ningún error de cálculo, ya que un fallo en una jugada puede significar perder la partida.
61. Juega siempre sin miedo, pero nunca con soberbia ni precipitación. 62. Para ganar una partida hay que aprender a desequilibrar el juego a tu favor. Si consigues pequeñas ventajas posicionales, éstas se irán acumulando hasta crear debilidades insalvables
para tu contrincante.

lunes, 16 de febrero de 2009

Ahí te quedas.



Ayer salí a la calle dispuesta a batir mi urban record de los 10km. Eso consiste en correr veloz entre modernos uniformados*, pakistaníes, prostitutas, yonkies y erasmus: callejonear a 5min/km como en un videojuego, ver caras de diferentes colores y, cuando ya han pasado rápidamente por mi lado, inventarme una historia sobre su vida.

Eso es lo que hago cuando corro por el Raval.

Desde hace poco existe un nuevo obstáculo en este entretenimiento, y son las excursioncitas culturales que algunas empresas turísticas utilizan para sacar pasta a los nuevos ricos de la literatura. Devotos de Dan Brown y otros criminales dedican su tiempo libre (fuera del viaje organizado/crucero de agosto) a perseguir los detalles de la basura que leen por las ciudades que la inspiraron.

Así, en el Raval, tenemos ahora a hordas de merluzos que buscan el dichoso cementerio de los libros olvidados de La sobra de la ventosidad, perdón, del viento, de Carlos Ruiz Zafón.

Quedaos en casa y seguid viendo la tele, por favor.

Como decía, esquivaba a mis moritos y a esta gente cuando me di cuenta de que se me desataba el cordón de mi maltrecha zapatilla. Me agaché para evitar pisar una caca con él y luego repartirla por mis deditos y, al terminar el doble lazo alcé la mirada y ahí estaba él.

Mi ex.

Yo llevaba el pelo sudado y recogido, una camiseta nike dry fit, unas mallas negras de licra, calcetines de deporte, zapatillas y un brazalete para el iPod.

- ¿Adónde vas? Dijo él obligándome a recordar aquella pregunta que tanto escuché de boca de mis amigos “pero qué ves en ese tío?, si es imbécil”

- A una comunión- Contesté yo

- Je je… estás igual que siempre- "Mentira, estoy buenísma y tú estás gordo como un planeta", pensé.

- ¿Qué haces en España?

- He venido a ver a la familia y a hacer un par de cosillas.

- Ya. Bueno, me voy que si no cogeré frío.

- Oye, podríamos tomar algo antes de que vuelva a irme, así me cuentas qué tal te va a ti.

- No sé, es que ando fatal de tiempo.

- Oye, siento que dejáramos de hablarnos así, ya ha pasado mucho tiempo. Creo que sería bueno para los dos. Piénsalo, vale?

Y seguí corriendo, confundida, parecía una gacela borracha, y me pregunté si quería verle y tomar algo con él, y recordar y recolocarle en mi memoria, en un nuevo lugar de repente…

Tengo la suerte de que todas mis exparejas viven en otros continentes (uno incluso en otra galaxia, diría yo) Pero, en casos como este ¿qué hay que hacer con los ex? ¿Hay que sonreír, ser cordial y tomar un café de vez en cuando, o hay que olvidar para siempre…?

Y decidí que no iba a verle, que era absurdo.

No hay nada que perdonar pero tampoco nada que recuperar.

No nos debemos nada.

Y corrí, y corrí, y corrí…






Nota: El moderno del Raval usa gafas gigantes de pasta negra, lleva flequillo largo pero pelo corto, viste camiseta vieja, un cardigan de su abuelo, un pantalón de pitillo negro o azul eléctrico que le sienta fatal PORQUE ESE PANTALÓN SÓLO LE QUEDA BIEN A LOS ROCK STARS, llevan una bolsa de algodón de publicidad y unas zapatillas Victoria de tela que han metido en una bolsa de basura que ha hecho girar en el aire durante una hora para que (por dios!!!) no parezcan nuevas.

viernes, 13 de febrero de 2009

Barceloneta



Anoche, después de dos mojitos y un berry caipirinha volví a casa, muy cansada de tantos nervios por los cambios, tanto tomar decisiones importantes y tan poco dormir.
Cuando llegué a la puerta me quedé quieta, con las llaves en la mano, pensando si hacerlo o no.
Sí.
Me di la vuelta, cogí una bici de la parada y bajé por la Rambla del Raval esquivando a los paquis vendebirras, a los borrachos y a la policía. Llegué a Colón, continué por el paseo y giré a la derecha a la altura del bodrio de Lichtenstein. Seguí pedaleando mientras los mástiles del puerto pasaban rápidamente a un lado y, al otro, los turistas terminaban sus cenas en los restaurantes.
Al final se veía la torre del Funicular y el nuevo mega hotel que destroza el horizonte.
Cuando llegué a la Plaza del Mar y a mi adorado Kaikú me bajé de la bici y la anclé.
Caminé por el cemento hasta llegar a la playa donde me quité las botas. Caminé por la arena fría y me senté a ver el mar.
Ni me di cuenta del resto de la gente, cuatro pirados como yo, supongo.

Me quedé un rato ahí sentadita escuchando las olas y sintiendo la humedad que me calaba los huesos.

Extrañaré tanto el mar…

lunes, 9 de febrero de 2009

YANTRA YOGA II



El curso de yantra yoga terminó y yo sigo teniendo insomnio.
Fue bueno compartir tantas horas con Gloria, pero me da igual pasarlas sentada al piano o bebiendo vino en su terraza. Lo importante es ella.

Al acabar había programada una cena en un vegetariano cerca del Centro.
“Ven, ahí hacen un tofu riquísimo”
Dije que no podía ir, me fui al Irati me comí un pincho de chistorra y un vino y me metí en el peor bar del Raval a ver como el Osasuna se salvaba del descenso.

Es el ying y el yang.

sábado, 7 de febrero de 2009

YANTRA YOGA


Os escribo en una pausa del intensivo de Yoga Yantra que estoy haciendo.
Empecé ayer, dejad que os ponga en antecedentes: estoy aquí por Gloria.

Hace 6 años, cuando la conocí, ella aún no estaba metida en estas movidas, sólo era mi dulce y paciente profe de piano; guapísima, pálida, y con un aspecto muy delicado. El tema es que tenía una enfermedad que la tenía así, debilucha, como pocha y con un puntito tristón.

Un buen día empezó a seguir las enseñanzas de un maestro tibetano y su vida comenzó a cambiar, consiguió controlar su enfermedad, su salud mejoró sustancialmente, su humor se hizo más agudo, su buena energía se multiplicó.
El buen fondo, su karma, era el mismo; quiero decir que todo lo que tiene ella de buena persona, cariñosa y comprensiva, ya le venía de serie.

Como os decía, toco el piano con ella desde hace mucho y desde el principio conectamos muy bien, en seguida nos hicimos amigas.
Ella es un ángel, y yo una rata hiperactiva, borrachuza y perturbada. Mi relación con ella es casi egoísta: una simple cena juntas me hace ver todo con más optimismo, mis problemas pasan a ser anécdotas; ella me carga de energía, me hace ser más paciente y cariñosa.
Estar con Gloria me convierte en mejor persona…

Cuando hace un par de semanas me vio tan mal con lo del insomnio y los nervios, me propuso hacer este curso, y aquí estoy.

Y ahora os cuento mis impresiones.
El centro que tiene esta gente para sus prácticas es absolutamente maravilloso, la casa que todos querríamos tener. Un ático de techos de 4 metros en un pasaje del barrio Gótico, con suelo de parquet y puertas de madera antigua. Todas las paredes tienen cristaleras que dan al cielo de tejados de la parte más antigua de Barcelona.

Cuando llegué ayer, la sala estaba llena de hippies treintañeros vestidos ad hoc, super cómodos, con las rastas recogidas y una sonrisa de paz y vegetarianismo que les llenaba la cara. Yo aparecí como Victoria Adams, con un equipazo de Le Coq Sportif y aliento a vino.

Gloria empezó a dar el curso con tanta maestría como enseña piano y yo entonces me fijé en su cuerpo sentado en la posición de loto sobre las colchonetas. Me fijé en que los abdominales se le marcaban bajo la camiseta de tirantes, en que los hombros se le habían desarrollado y que los tendones se le tensaban a cada movimiento dibujando una figura perfecta. El pecho alto y redondo, -¿con el yoga te crecen las tetas? Viva Buda!!!; En ningún sitio se veía un gramo de grasa, las caderas fuertes y femeninas y sobre todo la imagen integral de la fuerza y la salud.
Gloria tiene unos ojos enormes azules, los más grandes que yo haya visto. Antes de meterse en esto del yoga, cuando su salud era tan pobre, esos ojos le daban un aspecto de pez triste. Ahora le iluminaban la cara limpia y sonriente. Su larga cola rubia se movía lentamente a cada respiración.
Ayer pensé que si el Dalai Lama la viera, se enamoraría de ella.

Total, que no sé si esta mujer conseguirá que yo aprenda a relajarme, pero ojalá se me pegue algo de su guapura…
Os seguiré informando.

miércoles, 4 de febrero de 2009

En la cama

Mi profe de piano me ha pasado esto, sigo pensando que el insomnio es peor que el sonambulismo.

lunes, 2 de febrero de 2009

Renova, como el papel de ojal.



Me he cambiado el teléfono, la mayoría ya sabéis.
Lo normal en el proceso es pasar la tarjetilla (la mía es Amena, soy una clásica) al nuevo teléfono y transportar los números con un programejo bastante sencillo que hace que tu vida social sea la misma que antes del cambio de soporte.

Uhmmmmm, yo no. He arrasado. Lo he borrado todo, números, mensajes, fotos…
Con un poco de retraso (estas cosas forman parte de los propósitos de principios de año) he barrido con mi pasado y he vuelto a empezar más consciente y menos por inercia.

Todos habéis recibido un correo en el que os pido vuestro número (los anónimos no, ya disculparéis) y os he guardado con vuestra fecha de cumpleaños y una fotito, para veros el careto cuando me llaméis o yo os llame.

Los cien números que quedaron por el camino son de personas a las que no llamaba ni me llamaban; tal vez relacionadas con algún trabajo, con una noche de pedo inconmensurable (sí, imagino que de ahí son 97 de los 100) o con algo tan inconsistente que no pasó de ser eso: una secuencia de números.

Imagino ahora cuántas veces hicieron esto conmigo, cuántas veces mi recuerdo dependió de un programa de puntos o de un olvido en el asiento de un taxi o la mesa de un bar.

Hoy en día es muy fácil olvidar.