martes, 9 de diciembre de 2008

Ella al final de la oscuridad


Por todas partes hay hierros retorcidos. Es como estar viendo a través de un balcón deformado, como en una foto de ojo de pez.
El balcón hecho por un herrero loco.

El sol cae y se llena de oro el paisaje.
Hay silencio.
El cuerpo está dormido.

Lo que abarca la vista, tras los hierros, tiene las dimensiones del escenario de un espectáculo de marionetas.
Hierros y un telón que se cierra. El telón es de terciopelo burdeos. El telón es tibio.
“¿Cómo puede tener temperatura un color?”

El telón se cierra y se le llena la boca de terciopelo tibio.
Ahora todo está oscuro pero al fondo hay una luz y al final de la oscuridad está ella.
Intenta correr pero el paso es lento como en una pesadilla infantil.

Quiere gritar pero la boca está llena del terciopelo burdeos tibio, quiere saltar pero siente que camina en mercurio, y ella está aún tan lejos…

Y la luz desaparece y las marionetas gritan y cortan los hierros.

7 comentarios:

  1. Angustioso, al menos tal y como yo lo visualizo. Me inspira no poca frustración e impotencia. Ya sabes bien que no sólo hay colores cálidos o fríos, sino incluso aromas, y quizás hasta sonidos. En todo caso, que la luz se vea lejos es mal asunto. Nosotros, todos, emanamos luz.

    ResponderEliminar
  2. La oscuridad tiene muy mala fama. Injustamente ganada, a mi juicio. Fundir a negro de vez en cuando viene muy bien.

    ResponderEliminar
  3. ¿hamor de marionetas al final de la función?

    ResponderEliminar
  4. ;)

    Esta es más una foto para un post sobre: Gener.... James Gener!

    ResponderEliminar
  5. Cronenberg incluso... ayyyyy estamos todos fatal.

    ResponderEliminar